jueves, 31 de mayo de 2012

Se confirmó el rumor: Posible venta del Leeds a grupo inversor


Lo que comenzó como uno más de los tantos rumores que frecuentemente circulan por internet al final de cada temporada acerca de la posible venta del club, se confirmó en pocas horas con un escueto comunicado surgido en la página web oficial del club. A continuación se puede leer la traducción al español del texto:

" Según informes surgidos en los medios a partir del martes a la mañana, el club puede confirmar que están teniendo lugar conversaciones con vistas a  futuras inversiones de largo plazo".

"El club siempre ha hecho público que podría dar la bienvenida a potenciales inversiones, pero con la convicción de que la calidad de los inversores es el factor más importante cuando se trata del desarrollo a largo plazo del Leeds United." 

"Por el momento no se realizarán más comentarios."

La expectativa de la posible venta del club, entusiasma a todos los hinchas del club, teniendo en cuenta que la política de manejo de las finanzas por parte de Ken Bates impide que se puedan retener a las figuras del equipo (Schmeichel, Johnson, Gradel, Howson)  y se pierde la posibilidad de fichar nuevos jugadores ante equipos de menor envergadura y convocatoria como Crystal Palace (fichaje de Joel Ward) o Ipswich Town (el préstamo de Keith Andrews), por citar sólo dos ejemplos.

La esperanza es que la transacción se lleve a cabo, y que los nuevos propietarios manejan la economía del club evitando los riesgos de volver a caer en proceso de Administración, pero inviertiendo en jugadores para aumentar la calidad de la plantilla, renovar contrato con las figuras (principalmente Snodgrass) y dotar a Warnock de elementos para conseguir el ascenso a la Premier League, lugar que por historia, títulos y convocatoria, nunca tendríamos que haber perdido.

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martes, 29 de mayo de 2012

¡Somos los campeones! ¡Campeones de Europa! (parte III de III)



El fin de una era  

Entrada la madrugada, una sombra alargada se dibuja contra la pared. El contorno de una figura humana apenas brilla bajo la amarillenta y tenue luz del alumbrado público de las calles de París. Una mano en el bolsillo del pantalón; de la otra, cuelga en un vaivén pendular, casi hipnótico, una botella de champagne vacía. La mirada fija en los baldosones, escrutándolos como si hubiera perdido algo y sin dudas que lo había perdido…

Es Jimmy Armfield, el técnico del Leeds, él tampoco pudo dormir esa noche. Ni siquiera lo intentó. Las imágenes de lo sucedido horas antes en el campo de juego, se hubieran repetido en su mente una y otra vez hasta el cansancio, prolongando la angustia, la impotencia, la agonía. “Nadie sabía que hacer ni adonde ir esa noche”.”Necesité alejarme do todo por un momento” escribió más tarde para un medio británico.

Las medallas de los subcampeones quedaron inmóviles sobre la mesa del vestuario, mientras los jugadores se apresuraron a subir al colectivo que llevó a la delegación hasta el hotel. En medio de un silencio desolador, rasgos de abatimiento y dolor invadían sus rostros, al mismo tiempo que sus corazones  padecían, víctimas de la injusticia y el desconcierto. Sabían íntimamente que esta era la última oportunidad que tendrían en sus vidas de alcanzar este logro y sentían que habían sido privados de forma ilícita.

Armfield estuvo sentado en el banquillo del Leeds durante todos y cada uno de los partidos de la expedición europea que acabó de manera tan trágica y dolorosa, pero nadie, ni por asomo, podría aventurar que ese era “su” equipo.  Era el equipo de Don Revie, el hombre a cargo del Leeds desde 1961, cuando de a poco dejó ser jugador para convertirse en el director técnico. Esa fue su casa hasta mediados de 1974, cuando dejó el club sólo para asumir el trabajo que alguna vez llegó a soñar, tomar las riendas de la selección de Inglaterra.

Revie impulsó una revolución futbolística que prácticamente refundó la institución, la llevó desde los últimos puestos de la Second Division a la élite del football europeo. Forjó la más talentosa y ganadora generación de jugadores del Leeds, donde muchos de ellos estuvieron más de 10 años cosechando éxitos. Cinco titulares de la final en París, habían conseguido el ascenso una década antes. Como un artesano ante la obra maestra a la que le dedicó los mejores años de su vida, Revie juntó las piezas, las moldeó, las pulió y puso cada una en el lugar indicado, así construyó ese equipo, que alzó cinco trofeos nacionales.

El reemplazante de Revie fue Brian Clough, pero el jovén y exitoso entrenador, de alto perfil mediático y declaraciones altisonantes, tenía una disputa personal con su predecesor, y los “muchachos de Don” le dieron la espalda cuando después del primer entrenamiento Clough les dijo a sus dirigidos que “podían tirar todas las medallas que habían ganado a la basura”, porque en su particular concepción de este deporte, las habían ganado con malas artes. 44 días de tensión y malos resultados bastaron para que Clough y su altanería sean despedidos por la directiva.

Luego de un breve interinato tras la conflictiva y tempestuosa salida de Clough, llegó el turno de Jimmy Armfield. El flamante DT,  rápidamente fue invitado por Revie a una reunión, en el hotel en que se alojaba la selección de Inglaterra. En ese encuentro el mensaje no pudo ser más claro: “Todo lo que tiene que hacer con esos jugadores, es mandarlos a la cancha y ellos harán el resto. Usted podría sentarse en la tribuna y a fin de mes recibir su cheque, son  los mejores jugadores del país”. Armfield lo cumplió casi al pie de la letra.

El 28 de mayo de 1975 fue la fecha de vencimiento del “Super Leeds”. Con la amarga derrota ante el Bayern, la promesa de Revie de que algún día su equipo reinaría en Europa, nunca se completó. Al final de la temporada, el equipo terminó en noveno, (la peor colocación en la última década) y en los tres años siguientes  se produjo una sangría de13 jugadores, de los cuales 10 jugaban en sus respectivas selecciones.

Cómo un castillo de naipes todo se derrumbó vertiginosamente. El club entró en el tobogán de la mediocridad y la cuesta abajo no se detuvo hasta que el Leeds sufrió el descenso. Para el recuerdo de los hinchas, y para la historia del club, quedaron las vitrinas pobladas, pero un espacio aún permanece vacío, a la espera de que algún día llegue “La Orejona”.   

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jueves, 24 de mayo de 2012

¡Somos los campeones! ¡Campeones de Europa! (parte II de III)


90 minutos separan el cielo del infierno

Finalmente, después de diez años y 87 partidos de competencia europea, Leeds se hallaba a 90 minutos de cumplir el sueño, de alcanzar la mayor la gloria, la copa que siempre le resultó esquiva. Atrás quedó en semifinales el poderoso Barcelona de Johann Cryuff, que tras caer eliminado luego de perder 2-1 en Elland Road y empatar 1-1 en Camp Nou el astro holandes fue claro y contundente en sus declaraciones. “Si le dejás la posesión del balón al Leeds, te van a bailar”.

La tarde caía en París, Leeds saltó al terreno uniformado totalmente de blanco, sólo interrumpido por los números azules en la espalda y el escudo del club en el pecho. Bayern por su parte, lo hizo de color rojo en toda su vestimenta, adornado por las tres tiras blancas de la empresa deportiva Adidas. En el círculo central, los capitanes Billy Bremner y Franz Beckenbauer, intercambiaron banderines alusivos y el árbitro francés de origen armenio, Michael Kitabdjian, cumplió con el sorteo de rutina.

Apenas 4 minutos marcaba el reloj, cuando el defensa sueco del Bayern, Bjorn Andersson y el mediocampista galés Terry Yorath, disputaron un balón cerca de la mitad de la cancha. Yorath no era el jugador estéticamente más vistoso ni el técnicamente más dotado, pero poseía una fuerza y una determinación pocas veces vista. Como resultado del choque de titanes, Andersson abandonó el terreno con una lesión de rodilla que fue el certificado de defunción de su carrera futbolística, dado que sólo jugo un puñado de partidos en los años siguientes.

Leeds dominaba el balón y el pulso del partido, pero no podía llegar al gol, Sepp Maier el arquero alemán, se quedó con un envió cruzado de Lorimer y un remate de Jordan sin siquiera dar rebote, y un disparo de Giles desde fuera del área se perdió apenas por encima del travesaño. Promediando la etapa inicial, Lorimer desborda por derecha y envía un centro al área que da en la mano de Beckenbauer, pero el árbitro desestimó cobrar penal.

Cerca de diez minutos antes del descanso llega una jugada que pudo cambiar el encuentro, y que la voz del relator Alan Parry inmortalizó: “la pelota le queda Giles, la pasa hacia Clarke que ingresa al área, y ¡Clarke ha sido derribado!”. Al igual que Parry la jugada la vio todo el estadio, menos una persona, que resultó ser el árbitro. Ante la mirada atónita de Clarke tendido en la gramilla, y la protesta inútil de sus compañeros, Kitabdjian señala saque de arco. La primera etapa, con claro dominio del conjunto inglés, termina sin la apertura del marcador.


La segunda mitad continuó con el dominio White, al minuto 67 un balón enviado al área del Bayern, es despejado corto por Beckenbauer y Peter Lorimer lo impactó de volea incrustándolo con violencia en el arco de Maier, que no atinó a ensayar ningún movimiento.

El cerrojo alemán finalmente cayó. El juez de línea corrió a su posición para reanudar el juego. Pero el principal se quedó señalando un offside inexistente de Bremner. El árbitro va a consultar al asistente, que nunca levantó su bandera, y ante el desconcierto generalizado, y la zozobra de jugadores e hinchas del Leeds, anula finalmente la conquista.      

El conjunto británico dominó por más de una hora todos los aspectos del juego, pero al ser privado del gol injustamente, el equipo sintió el golpe, y los hinchas también: Dave presenció  cuando “De alguna manera uno logro trepar el alambrado y saltó dentro del campo, intentó irrumpir en la cancha, pero antes fue interceptado por la policía que no ahorró patadas, puñetazos ni garrotazos para derribarlo, todo esto frente a los más de15.000 hinchas del Leeds que estaban en la tribuna”. Era la chispa que faltaba para que los incidentes se extiendan.

“La gente no pudo soportarlo y comenzó el tumulto cuando la policía francesa ingresó a la tribuna munida de escudos, cascos y  garrotes, para rodear el sector donde estaban los aficionados del Leeds. Esos policías fueron blancos de todos los objetos arrojados por los hinchas, desde los asientos arrancados de su sitio hasta cámaras de TV, de fotos y otros equipamientos” recordó Dave

El partido estuvo unos minutos detenido, y al reanudarse, una sombra de lo que había sido el Leeds hasta entonces, se vio en el terreno de juego. Los alemanes lanzados a la contra, se pusieron en ventaja con un remate cruzado de Roth. Leeds ya no tenía respuestas anímicas ni futbolísticas y poco después llegó la estocada final de Gerd Muller, tras otro contraataque. Una farsa, y a la vez, una tragedia.

Tras el pitazo final, los incidentes seguían en las tribunas, el Bayern intentó una tímida vuelta olímpica, pero a los pocos metros tuvieron que abortarla por la lluvia de asientos y otros objetos que caían desde la tribunas al grito de “WE ARE THE CAMPIONS, THE CHAMPIONS OF EUROPE!” un canto que treinta y siete años después aun entona la desafiante hinchada del Leeds cada vez que el equipo se presenta.

Dave y sus amigos no pudieron ver casi nada del final del partido por los incidentes, abandonaron rápidamente el estadio y se encontraron un paisaje impensado: automóviles dados vuelta y en llamas, vidrieras destrozadas, enfrentamientos entre los hooligans y la caballería que llegó para asistir a la policía antitumulto, poco después irrumpieron los camiones hidrantes, mientras la nube de gas lacrimógeno enturbiaba la vista y dificultaba la respiración. Los disturbios e incidentes se apoderaron de la ciudad capital.

Finalmente, esquivando a la policía y huyendo del gas, llegaron a donde se encontraba el vehículo y emprendieron el viaje de regreso a Inglaterra. Pero muchos otros hinchas no tuvieron esa suerte, aquellos que permanecieron en Francia, alojados en hoteles tuvieron que subir con rapidez a sus cuartos porque la policía entraba a los lobbys y los bares para detenerlos. Incluso algunos de ellos fueron detenidos desde sus propias habitaciones porque la policía preguntaba en la recepción si había algún inglés hospedado en ese momento”.

La UEFA se desentendió de la extraña conducta del árbitro pero impuso una sanción al Leeds por los desmanes, que le prohibía participar de competencias europeas durante 4 años, sanción que se redujo a la mitad, luego de la apelación presentada por los ingleses, pero que en definitiva quedó en anecdótica, por que la próxima vez que el club ganó el derecho a disputar un certamen internacional, fue 17 años después.

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lunes, 21 de mayo de 2012

¡Somos los campeones! ¡Campeones de Europa! (parte I de III)



París, 1975, el moderno estadio “Parque de los Príncipes” acapara las miradas del mundo futbolístico, se celebra la final de la Copa de Europa. Cerca de 50.000 almas poblarán sus tribunas para seguir jugada a jugada la emoción y el drama de un partido que eleva a los ganadores al status de héroes. La atmosfera se carga de energía, de tensión contenida. Será una noche inolvidable, en muchos aspectos.

Allí desembarcó el Leeds United, vigente campeón de Inglaterra, que había encadenado una serie de 29 partidos invicto para asegurar el título doméstico de la temporada 73/74 y con él, su participación en el torneo continental. Enfrente se hallaba el campeón defensor, el Bayern Munich de Alemania, que pese a un andar irregular en la Bundesliga, llegó al partido decisivo para reverdecer los laureles de la anterior edición, en la que vapuleó al Atlético Madrid por 4-0 en la final.

Esa mañana Dave Cocker se levantó temprano, sólo pudo dormir unas horas en forma salteada, pensando en lo que podía pasar ese 28 de Mayo cuando la noche se adueñe del cielo parisino. Se afeitó sin apuro y apenas probó bocado en el desayuno, tenía mariposas en la panza, como cuando un niño se enamora de su vecinita, porque en definitiva, el amor por un equipo de fútbol y sus colores, es tan puro como eso.

Dave fue uno de los miles de hinchas del Leeds, nacido y criado en la ciudad del norte de Inglaterra, que se subió a su auto para ir al partido en compañía de cuatro amigos. Junto con el escueto equipaje, cargaron también la ilusión, la expectativa, la ansiedad y también algo de nerviosismo, sabiendo que iban a estar presentes en la jornada más importante de la historia del club de sus amores. Dave manejó hasta Dover, donde abordaron el ferry hasta Calais, Francia, y una vez en el país de las “croissants” condujo hasta París y llegó a las inmediaciones del estadio, 5 horas antes del puntapié inicial.

El clima estaba enrarecido desde temprano en Francia y así lo notó Dave: “Después de estacionar el auto, mientras nos acercábamos a la cancha, vimos que la policía francesa se comportaba de manera extraña, buscando golpear a todo aquel que llevaba algún distintivo del club, o por el sólo hecho de hablar en inglés, recibías un golpe de puño o de garrote”.

Eso no fue lo único extraño que pasó ese día, ni lo único extraño que aconteció antes de comenzar el partido, otra cosa que llamó la atención de Dave, fue el mal negocio de la reventa que hicieron algunos franceses con tickets de sobra para comerciar ante la afición inglesa: “varios cientos (sino miles) de hinchas del Leeds, se hicieron presentes sin entradas y los estúpidos revendedores no se dieron cuenta del riesgo que estaban tomando, a la mayoría les robaron los tickets, que después se repartían gratis a los hinchas que no tenían, algo así como modernos Robin Hoods”.

El ingreso al Parque de los Príncipes, lejos estuvo de ser un trámite de rutina, “en la requisa previa que realizó la policía, confiscaban todo lo que la gente traía en sus bolsillos: dinero, cigarrillos, billeteras, documentos, pasaportes y hasta las llaves de casas y autos”. Al ver el proceder de la policía, unos metros adelante, Dave tuvo que esconder las llaves del auto, para evitar perderlas a manos de los uniformados.

“El perímetro del estadio estaba cercado por altas vallas de acero, y algunos hinchas que no tenían sus entradas, intentaron treparlas, sólo para ser apaleados por la policía a ambos lados del vallado”. Eso fue lo último que vio Dave antes de acceder a las tribunas junto con sus amigos, ellos traían las entradas desde Inglaterra y ocuparon sus butacas numeradas justo detrás de uno de los arcos. Antes de comenzar el partido, la policía francesa ya había hecho méritos de sobra para ganarse la animadversión de la afición White.

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jueves, 10 de mayo de 2012

Llegó Jason Pearce y Warnock profundizó la limpieza


Leeds concretó la primera incorporación para temporada 2012/13 con el fichaje del defensor central Jason Pearce proveniente del Portsmouth. El jugador de 24 años de edad, firmó contrato por cuatro temporadas y si bien no trascendió el monto de la transferencia, las especulaciones indican que el valor aproximado podría rondar las 600.000 £.

Pearce fue nombrado como el mejor jugador del Portsmouth en la pasada temporada, que terminó con el descenso del equipo tras la quita de 10 puntos por entrar nuevamente en proceso de Administración. Al respecto de su arribo a los Whites, Warnock declaró: "Es un jugador que estuve buscando mucho tiempo, incluso intenté llevarlo a QPR cuando estuve allí". Luego el experimentado entrenador agregó: " Personifica todo lo que busco de un jugador. Tiene hambre, entusiasmo, es el tipo de jugador que necesitamos. Es una buena persona, encajó bien en la institución, sólo tiene 24 años y mucho que demostrar, creo que aquí podremos convertirlo en un mejor jugador".

En cuanto a las salidas, cinco jugadores fueron informados de que su vínculo contractual no será renovado,  y ya se desvincularon del club, se trata del arquero suplente Maik Taylor (no jugó un solo minuto para el Leeds, y fue cedido al Millwall), el defensor Alex Bruce (estuvo cedido en Huddersfield), el polifuncional Danny Webber (traído a préstamo por Warnock, anotó un gol) el jugador de banda Lloyd Sam (finalizó la temporada cedido al Notts County) y el centro delantero de la selección finlandesa Mikael Forssell (participó en  17 partidos, sólo uno de titular y no marco goles). Todos jugadores de escaso o nulo aporte en la temporada.

En tanto que otros seis futbolistas fueron ubicados por Warnock en la lista de transferibles, lo cual significa que de llegar una buena oferta económica el club se desprenderá de ellos, y de no ser así, continuarán en el equipo en procura de pelear un lugar en la alineación titular o en la banca. 

La lista incluye a Paul Rachubka (que después de la debacle ante Blackpool no volvió al club y estuvo cedido a equipos de la League One) a los defensores Andy O'Brien y Paul Connolly, a Ramón Núñez (internacional hondureño), al delantero Billy Paynter (3 goles en 28 participaciones de las cuales 11 fueron como titular) y sin duda la más llamativa de todas las inclusiones de la nómina, es la del volante central Adam Clayton, uno de los mejores jugadores de la temporada. Se especula que una disputa de índole contractual, llevó al ex-Manchester City a recibir el rótulo de transferible.

Finalmente, tras vencer su préstamo en Leeds, el defensor lateral Paul Robinson regresó al Bolton, equipo que intentará  mantenerse en Premier League, cuando a falta de un partido se encuentra en zona de descenso, dos puntos por debajo del QPR y a tres del Aston Villa.

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martes, 8 de mayo de 2012

Lo mejor de la temporada 2011/12 es que ya terminó...


Leeds se despidió de la temporada, que en el mejor de los casos se puede calificar de mediocre, con una nueva derrota de local a manos del Leicester. Los Foxes se pusieron en ventaja en la primera parte con gol de Waghorn (minuto 38) y pese al empate de Webber cerca del final (a los 81 minutos), Panayioutou anotó al filo de los 90, el gol de la ventaja final.

Con este resultado, el estadio de Elland Road se vio vulnerado en 11 partidos, marcando el triste record de mayor cantidad de caídas en una sóla temporada en la historia del club. Las victorias en condición de local fueron 9, y los restantes tres encuentros resultaron en empate. La apatía y la falta de incentivos que mostraron muchos jugadores a la hora de encarar la recta final del certámen, contribuyeron a lograr este deshonroso record.


La ficha del partido:

LEEDS UNITED 1 - 2 LEICESTER CITY

(Webber 81 - Waghorn 38, Panayioutou 90)

Leeds: Lonergan, Connolly, Lees, Bruce, Pugh, Snodgrass, Brown, Clayton, Thompson (Webber 57), McCormack, Becchio (Forssell 76). Suplentes: O'Brien, Nunez, Taylor.

Leicester: Schmeichel, Konchesky, Morgan, Bamba, St Ledger, Dyer (Panayioutou 73), Drinkwater, (Nugent 64), Beckford (Vassell 46), Marshall, Moore. Suplentes: Peltier, Logan.

Arbitro: D McDermid

Amonestados: Pugh, Brown (Leeds), St. Ledger (Leicester)

Espectadores: 25.664, Elland Road (Leeds)

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