El fin de una era
Entrada la
madrugada, una sombra alargada se dibuja contra la pared. El contorno de
una figura humana apenas brilla bajo la amarillenta y tenue luz del alumbrado
público de las calles de París. Una mano en el bolsillo del pantalón; de la
otra, cuelga en un vaivén pendular, casi hipnótico, una botella de champagne
vacía. La mirada fija en los baldosones, escrutándolos como si hubiera perdido
algo y sin dudas que lo había perdido…
Es Jimmy
Armfield, el técnico del Leeds, él tampoco pudo dormir esa noche. Ni siquiera
lo intentó. Las imágenes de lo sucedido horas antes en el campo de juego, se
hubieran repetido en su mente una y otra vez hasta el cansancio, prolongando la
angustia, la impotencia, la agonía. “Nadie sabía que hacer ni adonde ir esa
noche”.”Necesité alejarme do todo por un momento” escribió más tarde para un
medio británico.
Las medallas
de los subcampeones quedaron inmóviles sobre la mesa del vestuario, mientras
los jugadores se apresuraron a subir al colectivo que llevó a la delegación
hasta el hotel. En medio de un silencio desolador, rasgos de abatimiento y
dolor invadían sus rostros, al mismo tiempo que sus corazones padecían, víctimas de la injusticia y el
desconcierto. Sabían íntimamente que esta era la última oportunidad que
tendrían en sus vidas de alcanzar este logro y sentían que habían sido privados
de forma ilícita.
Armfield
estuvo sentado en el banquillo del Leeds durante todos y cada uno de los
partidos de la expedición europea que acabó de manera tan trágica y dolorosa,
pero nadie, ni por asomo, podría aventurar que ese era “su” equipo. Era el equipo de Don Revie, el hombre a cargo
del Leeds desde 1961, cuando de a poco dejó ser jugador para convertirse en el
director técnico. Esa fue su casa hasta mediados de 1974, cuando dejó el club
sólo para asumir el trabajo que alguna vez llegó a soñar, tomar las riendas de
la selección de Inglaterra.
Revie impulsó
una revolución futbolística que prácticamente refundó la institución, la llevó
desde los últimos puestos de la Second Division a la élite del football europeo.
Forjó la más talentosa y ganadora generación de jugadores del Leeds, donde
muchos de ellos estuvieron más de 10 años cosechando éxitos. Cinco titulares de
la final en París, habían conseguido el ascenso una década antes. Como un
artesano ante la obra maestra a la que le dedicó los mejores años de su vida,
Revie juntó las piezas, las moldeó, las pulió y puso cada una en el lugar
indicado, así construyó ese equipo, que alzó cinco trofeos nacionales.
El
reemplazante de Revie fue Brian Clough, pero el jovén y exitoso entrenador, de
alto perfil mediático y declaraciones altisonantes, tenía una disputa personal
con su predecesor, y los “muchachos de Don” le dieron la espalda cuando después
del primer entrenamiento Clough les dijo a sus dirigidos que “podían tirar todas
las medallas que habían ganado a la basura”, porque en su particular concepción
de este deporte, las habían ganado con malas artes. 44 días de tensión y malos
resultados bastaron para que Clough y su altanería sean despedidos por la
directiva.
Luego de un
breve interinato tras la conflictiva y tempestuosa salida de Clough, llegó el
turno de Jimmy Armfield. El flamante DT, rápidamente fue invitado por Revie a una
reunión, en el hotel en que se alojaba la selección de Inglaterra. En ese
encuentro el mensaje no pudo ser más claro: “Todo lo que tiene que hacer con
esos jugadores, es mandarlos a la cancha y ellos harán el resto. Usted podría
sentarse en la tribuna y a fin de mes recibir su cheque, son los mejores jugadores del país”. Armfield lo
cumplió casi al pie de la letra.
El 28 de mayo
de 1975 fue la fecha de vencimiento del “Super Leeds”. Con la amarga derrota
ante el Bayern, la promesa de Revie de que algún día su equipo reinaría en
Europa, nunca se completó. Al final de la temporada, el equipo terminó en
noveno, (la peor colocación en la última década) y en los tres años siguientes se produjo una sangría de13 jugadores, de los
cuales 10 jugaban en sus respectivas selecciones.
Cómo un
castillo de naipes todo se derrumbó vertiginosamente. El club entró en el
tobogán de la mediocridad y la cuesta abajo no se detuvo hasta que el Leeds
sufrió el descenso. Para el recuerdo de los hinchas, y para la historia del
club, quedaron las vitrinas pobladas, pero un espacio aún permanece vacío, a la
espera de que algún día llegue “La Orejona”.
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5 comentarios:
Grandes reportajes sobre el Leeds felicidades ;)
Un Saludo
Magníficos tres artículos que me llevan a mi infancia.
Se trata de una de las finales que pude ver en repetidas ocasiones a lo largo de los años...
Siempre me quedará la incógnita de saber que hubiera pasado si en lugar de Jimmy Armfield, el inquilino del banquillo hubiese seguido siendo Don Revie...
Grande, muy grande la historia de Leeds United.
Por el bien del futbol, hace falta que vuelva por sus fueros...
Antonio: Muchas gracias!
Machaco: Yo me pregunto que hubiera pasado si nos pitaban el penalty y nos convalidaban el gol de Lorimer...
Gracias por tus palabras y que bueno volver a verte escribir.
Saludos!
una pena esa champions, y la que nos eliminó el valencia en semifinales también pero... volveremos!
Asmith17: Aunque sea ante el Valencia perdimos en buena ley, pero esta final, pufff, fue un robo a mano armada...
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